Aquí es donde empieza a resultar útil el uso del hash o "huella digital" del archivo.
Mediante una serie de complejos algoritmos generaremos una cadena de caracteres. Esta cadena es al archivo lo que una huella digital a una persona: lo identifica inequívocamente y lo diferencia de cualquier otro archivo. Incluso si tenemos dos grandes archivos que son idénticos en todo excepto en unos pocos bits, los hashes de cada uno de ellos serán distintos.
Muchos sitios de descarga ofrecen, junto al enlace de descarga, el hash correspondiente. De esta manera, cuando terminemos de descargar el archivo podremos compararlo con el código para asegurar que el que hemos descargado es exactamente igual al que se encuentra en el servidor. Podemos ver un ejemplo en la página de descarga de Linux Mint:
En realidad, este no es el único uso de los hashes. Algunos programas de intercambio de archivos los utilizan para identificar cuando dos archivos son idénticos aunque tengan distinto nombre.
Hashtab
Una herramienta ligera y sencilla para identificar y comparar hashes es Hashtab. Su uso es muy simple: lo descargamos desde aquí, lo instalamos, hacemos clic derecho sobre el archivo en cuestión y veremos una nueva pestaña llamada Hash de Archivos.
Como podemos ver en esta pestaña, existen varios métodos para obtener un hashes; MD5 es el más usado. Existen métodos más precisos, pero requieren más potencia de cálculo y generan cadenas más largas. Para un uso normal, con MD5 nos bastará.
Debajo de la lista de hashes tenemos un cuadro de texto donde podemos poner el que nos suministro el servidor. Al hacer clic en Comparar un archivo... lo comparará con el seleccionado de forma automática.
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