25 de junio de 2013

Impresoras 3D: ¿son el futuro?

Impresora 3D de gran tamaño
Hace ya un tiempo que se viene hablando de una tecnología que podría revolucionar la fabricación de prácticamente cualquier cosa: las impresoras 3D. Vamos a analizarlas.

¿Qué es una impresora 3D?

En una impresora convencional o 2D una hoja de papel se mueve sobre un eje y un cabezal con un cartucho de tinta se mueve en otro eje perpendicular. De esta forma pude dibujar cualquier cosa en la página.

La impresora 3D hace lo mismo pero añade un tercer eje: se puede mover hacia arriba para seguir dibujando. Podemos decir que la diferencia entre una impresora 3D y una 2D es la misma que entre una pintura y una escultura.

Obviamente no usa tinta ni papel sino un plástico especial que suele venir en bobinas y se solidifica rápidamente. También hay impresoras 3D que usan otros materiales. En teoría se podría usar casi cualquiera.

Incluso hay quienes han fantaseado con un futuro donde conseguir repuestos para, por ejemplo, un coche sea tan sencillo como descargarlo de Internet e imprimirlo. Pero todavía estamos muy lejos de poder crear piezas de metal sólido que sean tan buenas como las tradicionales. También cabe la posibilidad de que sea imposible.

¿Qué pueden hacer hoy?

Las impresoras 3D están dando sus primeros pasos. La tecnología todavía es cara, aunque no faltan emprendedores que intentan desarrollar soluciones revolucionarias para abaratar los costes.

Escultura en blanco de un robot creada con una impresora 3D


Las impresoras también tienen otras limitaciones. En general, solo son capaces de imprimir en un color al mismo tiempo. Esto se puede solucionar en parte imprimiendo varias piezas y encastrandolas después, como si fuera uno de esos juguetes que vienen para armar.

Otro problema es el tamaño. La pieza no puede ser más grande que el espacio interno de la impresora 3D. También podemos solucionarlo creando varias piezas, pero no siempre es práctico.

Inspirando a los innovadores

Quizás el mayor logro de las impresoras 3D es la inspiración que ha inyectado en aquellas personas que tienen acceso a ellas. Se ha fabricado de todo, desde armas (el uso más polémico) hasta hamburguesas. Y lo más sorprendente: tejidos humanos. Todavía no son completamente funcionales pero tal vez en el futuro algunos órganos puedan fabricarse con esta tecnología.

Conclusiones

Está claro que las impresoras 3D tienen un lugar en el futuro. No creo que lleguen a reemplazar todos los procesos de producción. Las cadenas de montaje seguirán siendo más rentables y rápidas a la hora de producir miles de unidades de un producto. Pero cuando se trate de casos puntuales pueden volverse una herramienta fundamental.





Escultura: Creative Tools - Flickr. Impresora 3D: Creative Tools - Flickr.

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